La Cooperativa Virgen de la Esperanza recolecta 2,3 millones de kilos en las 640 hectáreas del área con denominación de origen.
El arroz ya está en los graneros. Pocas veces a lo largo de la historia se ha recogido en calendas tan tardías, pero la lluvia que ha estado a punto de estropear la cosecha, ha retrasado la recolección hasta fechas pocas veces recordadas.
Cuando Dios cierra una puerta la Virgen abre veinte ventanas, reza el refrán, y así lo que ha podido ser una pérdida abundantísima y gracias a unos días de tregua del buen tiempo ha dejado las pérdidas en un 13% de la cosecha aproximadamente. En términos más concretos, la Cooperativa del Campo Virgen de la Esperanza, ha recogido 2.300.000 kilos frente a los 2.600.000 de la cosecha del 2007, es decir, 300 toneladas menos, equivalentes al 13% aproximadamente de pérdidas. Como además el otro molino de la localidad anda por el estilo, esas pueden ser las perdidas estimadas.
Por lo que respecta al grano obtenido, una vez tamizado el germinado y manchado, ha quedado de una excelente calidad, lo que no deja de ser una agradable sorpresa dado el tiempo que ha acompañado a la siega. Por tanto, y finalmente, puede asegurarse que del mal el menos, y que los clientes fijos del producto si bien no dispondrán de abundancia, sí tienen garantizado el suministro sin apreturas que pudiera perjudicar los compromisos que el arroz de Calasparra, ha de abastecer sin perjuicio para el mercado.
Al disponer el arroz Calasparra de denominación de origen (fue el primer cereal del mundo en conseguirla), su prestigio es universal, en consecuencia, un año sin cosecha o con producción mínima es un desastre para el mercado. El coto produce entre 2.500.000 y 3.000.000 de kilos al año, que están prácticamente vendidos de antemano.
Los clientes cuentan con este especial arroz, lo que obliga a servirlo,y un año sin producción es un desastre. Esta circunstancia y el mal tiempo que ha reinado a lo largo de la recolección sembraron la preocupación entre agricultores, Consejo Regulador y los molinos. Se pensaba que el grano iba a germinar en la tierra y que la cosecha prodía perderse en su mayoría.
Finalmente ha habido sorpresa y sólo el 13% de la producción se ha perdido. Esto significa un contratiempo, aunque ligero y los clientes de Australia, Nueva York, Alemania o Inglaterra pueden respirar tranquilos, porque podrán seguir incluyendo en sus cartas el codiciado arroz Calasparra. Podría decirse que el cereal se ha "salvado por la campana" y que el miedo ha sido real pero al final, como en los cuentos, con terminación feliz.
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