Los trabajadores de La Diosa se convirtieron ayer en una marea humana que impidió que un camión -enviado por Cofrusa, la actual propietaria de la empresa- entrara a la fábrica para llevarse la mercancía que aún queda almacenada casi un año y medio después de que se presentara un expediente de regulación de empleo que dejó en la calle a más de 300 personas.
Un centenar de esos empleados -a los que vigilaban de cerca varios agentes de la Guardia Civil y la Policía Local de Calasparra- se interpusieron en el camino del camión, cuyo conductor, viendo el panorama, ni siquiera llegó a entrar al aparcamiento de la factoría, dio media vuelta y aparcó en las inmediaciones de la conservera esperando instrucciones, quizá de José María García, gerente de Halcón Foods (grupo en el que la conservera estaba integrada antes de pertenecer a Cofrusa), que trató de mediar con los representantes de los manifestantes y sí pudo entrar a la fábrica.
"Nos gustaría que la empresa hubiera venido aquí para volver a poner en marcha la producción de pimiento y alcachofa, pero por desgracia sólo han venido a sacar la mercancía que se elaboró antes del ERE", explicaba Antonio Huertas, secretario de Organización de la Federación Agroalimentaria de Comisiones Obreras, que se unió a los empleados en sus reivindicaciones.
Para Huertas, con esta acción -que, según él, ya se repitió el miércoles- la empresa "sólo quiere eludir las garantías de pago a los trabajadores", precisamente un día antes de la vista que se celebrará hoy en los tribunales para resolver el embargo preventivo planteado por los empleados. "Deberían haber cobrado las indemnizaciones hace un año y ahora sólo quieren asegurarse de que la empresa les pague todo lo que les debe", aseguró el representante de CCOO.
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