Los hechos ocurrieron el pasado 11 de enero cuando el ganadero Antonio García López acompañaba a su ganado a pastar a los montes cercanos a la Presa de la Mulata, en la zona norte del Cañón de Almadenes. Casi 900 cabezas de ganado dirigía Antonio cuando, no se sabe la causa, se produce una estampida y provoca que más de 500 de esas ovejas se despeñen por uno de los cortados que caen hacia el monte. “No se el motivo de la estampida, pero no pude hacer nada para impedirlo, de hecho, si llego a estar situado cerca del extremo podría haber sido arrastrado”, comenta Antonio visiblemente afectado por lo sucedido.
Más de 500 ovejas fueron a parar a una ladera de difícil acceso. Tras lo sucedido, Antonio reacciona y llama al alcalde de la localidad, Jesús Navarro, que le brinda todo el apoyo a través de los medios municipales a su alcance. También a la veterinaria de la ADS (Asociación en Defensa del Ovino y Caprino de Calasparra). Mª Dolores Barceló contacta enseguida con AGROSEGURO y los peritos no tardan en llegar al lugar. La imagen es dantesca. Cientos de cadáveres de ovejas se hacinan al final del barranco. La preocupación ahora está en sacarlos de allí y evitar un riesgo sanitario. “Afortunadamente el ganado no se despeño hacia el río, si no hacia el monte, pero era muy difícil acceder a esa zona y más aún sacar el ganado” afirma la veterinaria de la ADS. Enseguida los miembros de Protección Civil, familiares y amigos del ganadero, así como personal de servicios del Ayuntamiento se ponen manos a la obra. No sin enorme dificultad, se abre un camino para acceder a los cadáveres a modo de cortafuegos para que pueda llegar un camión pluma que va cargando los restos de los animales que, previamente, han ido retirando los voluntarios presentes. Una tarea nada agradable, como recuerda Felipe Marín López, miembro de Protección Civil de Calasparra, “tenías que echarle muchas tripas y no mirar demasiado”, “lo que más me sobrecogió fue el rescate de las ovejas vivas que habían quedado colgando de las cornisas por parte de unos voluntarios espeleólogos que se sumaron a las labores”.
Tres días duraban estos trabajos de retirada de los restos de las ovejas que ya han sido conducidos a una planta autorizada para su destrucción.
Tras el desastre, es momento de hacer valoración de las pérdidas. Antonio habla de más de cien euros por cabeza, “muchas estaban preñadas” se lamenta.
Mª Dolores Barceló ha destacado la buena predisposición de AGROSEGUROS que, a través de la compañía MAPFRE, a accedido a correr con los gastos que se han desprendido de esas labores de acceso para la retirada de los cadáveres y que el seguro no contemplaba. Antonio García López y la veterinaria Mª Dolores Barceló han agradecido la colaboración prestada por los voluntarios y el Ayuntamiento de Calasparra y la predisposición de las citadas compañías de seguros.
Las fotos nos dan una idea de la catástrofe.
WhatsApp Ayuntamiento