Calasparra se puede sentir orgullosa de muchas cosas, pero de sus arrozales probablemente de lo que más. Se trata de una visita singular y viendo estos días como está el coto arrocero, de un verde intenso por las espigas floreciendo, y conservando aún el reflejo y el brillo que da el agua que, todavía, inunda las cajas, el espectáculo está servido. No en balde, el poeta Vicente Medina ya los mencionaba en su conocido poema descriptivo de las tierras altas de la Región. ¡De obligada visita!, espectacular desde el mirador de las lomas del santuario.
El arroz se cultivará durante todo el verano hasta octubre en que la cosecha habrá madurado.Si todo va bien en octubre el cereal con denominación de origen estará de nuevo dispuesto para los amantes de la buena gastronomía.
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