Durante 7 días el CEIP Las Pedreras de Calasparra ha estrenado, con enorme éxito, el El Rey León. Una extraordinaria adaptación del musical que durante tantos años continúa en cartel en Madrid. Dirigida por Juan Montiel García, que ha contado con una gran colaboración de profesores, madres y padres, el también profesor, ha sabido motivar e ilusionar a los casi cien pequeños actores y actrices (algunos padres y profesores también se distinguían tras el maquillaje) que componen el reparto de este musical a la altura de cualquier otro que podamos ver en los grandes teatros. Una cuidada y estudiada escenografía, un completo y elaborado vestuario, unido a las magníficas interpretaciones de los actores principales y a las coreografías y apoteósicos bailes, en los que el escenario se queda pequeño, dan vida a este clásico de Disney que nos transporta a una historia de amistad, amor y valores, a través de la música, los diálogos, las interpretaciones y los bailes.
Del musical hay muchas cosas que destacar, pero nos quedamos con las soberbias interpretaciones de estos jóvenes que se enfrentan por primera vez al público, y eso hay que tenerlo en cuenta. Especialmente de los papeles principales. Maquiavélico Scar,; afable Simba niño; Soberbio Mufasa; extraordinaria Nala adulta, y simpática Nala niña. Auténtico Zazú; divertidos y espontáneos Timón y Pumba; perversas las hienas; solemne la madre de Nala y espectacular Simba adulto, cuya aparición en el escenario, sustituyendo a su personaje niño, arrancó un sonado y espontáneo aplauso entre el público. Y qué decir de Rafiki. La interpretación de este personaje nos dejó sin palabras, pues pensábamos estar viendo a la mismísima actriz que, en el Lópe de Vega, encarna este papel. Sin habla nos dejaron también los bailes y coreografías que llenaban el escenario de personajes , salidos de no se sabe donde.
Una auténtica avalancha de talento que dejó boquiabierto al público que, durante 7 días, (se rumorea que podrían haber nuevas fechas) ha llenado el Auditorio Municipal de Calasparra que se quedaba pequeño para la ocasión, y a un público con ganas de repetir.
Desde el más pequeño de los actores participantes, con tan solo 6 años, a los papeles principales, magníficamente interpretados por alumnado tanto del propio centro, como del IES Emilio Pérez Piñero, todos han sabido meterse en su papel y vivir una historia única más allá del escenario, la fuerza de la ilusión, la solidaridad (la entrada ha estado destinada a diversas entidades sociales del municipio) y el trabajo en equipo, lecciones de vida que nunca olvidarán.
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