El certamen «Grito de mujer» se convirtió anoche en un acto reivindicativo a favor de la infancia y de la mujer. El ciclo internacional, con el que se abre la programación de la Semana de la Mujer en Calasparra, lleva celebrándose desde hace tres años en el municipio de la mano de su organizadora, Antonia Soler, que habló de la violencia ejercida sobre las niñas y niños e hizo referencia a la dramática situación que millones de ellos viven en todo el mundo, condenados por su pobreza, por la exclusión y por su invisibilidad. Presas de mafias, la víctimas más vulnerables en cualquier conflicto. El evento de este año iba dedicado a ellos. Antonia Soler volvió a contar con numerosos apoyos. Como los de la concejalía de Igualdad del Ayuntamiento de Calasparra. Su edil, Mari Carmen López Alba, pronunciaba unas sentidas palabras de reconocimiento a las mujeres «motor indispensable para el desarrollo del mundo». Mágníficas colaboraciones por parte del grupo de teatro «Alegría» del IES Emilio Pérez Piñero. Dirigidas por Antonia Martínez Llorente, sus jóvenes actrices: Marta Moya Martínez, Alicia Sánchez Gomáriz, Celia Abril Lozano, Gloria López Buendía y Susana Pérez Durán, dejaron sin palabras al público. Al igual que las actuaciones de los jóvenes músicos Álvaro Ferrer, Alicia Sánchez Gomáriz, Paula Campos y Alba Godínez Martínez, y del grupo de cuerda «Crescendo», compuesto por Alba María López, Ana García Morenilla y Juan José Sánchez Gomáriz. El grupo de danza «Danzare» cerró las actuaciones con una pieza de Vivaldi. La poesía tuvo, de nuevo, especial protagonismo. Los versos de Pedro Vera, Juan Manuel López, Nadia Kostadinova y Diego García Caro emocionaron al auditorio.
El reconocimiento de la noche fue para la actriz del grupo de teatro «Alegría», Susana Pérez. Sus problemas de visión no han supuesto nunca una barrera para que pueda hacer teatro y haber logrado convertirse en una de las mejores actrices del joven grupo. Todo un ejemplo de superación y lucha, y siempre con una gran sonrisa.
Una noche para la reflexión: Los mejores países deberían ser aquellos que alcanzan mayores cotas de bienestar, cultura y derechos para sus ciudadanos y que cuidan y protegen a los más vulnerables. Lamentablemente, hoy se valora más de cuánto armamento disponen.
Agradecimientos a Pedro Laforet por las fotos.
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