El Festival Internacional de Folclore Villa de Calasparra, que todos los años acerca al municipio agrupaciones que muestran y comparten su cultura y tradiciones, ha vuelto a ser espectacular. En esta ocasión se han celebrado los 20 años de esta cita tan importante de la programación de la Feria y Fiestas de Calasparra y el Ayuntamiento lo ha festejado con un homenaje a la música y folclore latino. En esta 20ª edición los países invitados han sido Cuba, con el conjunto artístico Telón Abierto, y México, con la compañía de danza independiente Fusión Folclórica. La rondalla ‘Club de la Tercera Edad’ de Calasparra, que actuó de anfitriona, completaba el cartel en el Auditorio Cine Rosales, que se llenó de público. Los primeros en actuar fueron los locales. La Rondalla ha sabido defender las tradiciones más populares del municipio sin contaminarse, y presentaron algunos bailes que han rescatado a través de una importante labor de investigación. Siempre con el objetivo de ofrecer al público espectáculos tan bonitos como el de anoche.
Y tras la Rondalla de Calasparra, fue el turno de los grupos invitados: espectacular vestuario, impecable puesta en escena, bailes y coreografías llenas de color y alegría y que invitaron al público a ponerse en pie y bailar al ritmo de los sones cubanos y las rancheras mexicanas más apasionadas. Dejó claro el festival que nadie se resiste a un buen coro, más aún si la canción a cantar es una de las melodías más populares de la historia: El «Guantanamera», que cuenta con versos de José Martí. Y así, en musical comunión con el público, Cuba tomó Calasparra. No faltó un giño al gran Compay Segundo y el grupo ofreció un arriesgado «Chan chan» al estilo «Orishas» con el que terminaron de ganarse al respetable, que ya abarrotaba el cine Rosales. Los últimos en llegar, atraídos por la música y el jaleo que podía escucharse más allá de las paredes del recinto.
México para cerrar
Con la exaltación del subidón cubano llegó México. El espectáculo comenzó con un conjunto de bailes típicos donde no faltaron las faldas, tocados y sombreros tradicionales mexicanos. Danzas destinadas, en su mayoría, al cortejo. La segunda parte de la actuación estuvo dedicada a las rancheras y el cuerpo de mariachis, sus vestidos de charro, los sombreros jaranos y las voces varoniles y profundas, asumieron el protagonismo de la velada, que acabó con el público en pie coreando «El rey», de José Alfredo Jiménez.
Los grupos participantes se llevaron un recuerdo de su paso por el Festival que recogieron de manos de los ediles Ricardo García y Paqui Sánchez.
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