Emilio Pérez Piñero nació el día 27 de agosto del año 1935 en Valencia, lugar donde estaba destinado su padre, militar de profesión. Fue hijo de D. Antonio Pérez Ruiz, ingeniero militar, y de Dª. Dolores Piñero Martínez, con quien se trasladó hasta Calasparra, el pueblo natal de sus padres, al poco tiempo de estallar la Guerra Civil. Hasta la edad de ocho años, Emilio no pudo reunirse con su padre, militar que se mantuvo leal al gobierno republicano y que pasó varios años en la cárcel. Su infancia fue difícil, con la ausencia de su padre y los duros años de la posguerra.
Siendo ya adolescente, durante los primeros cursos de bachillerato, la formación de Emilio corrió a cargo de su padre. Ingresó más tarde en el Instituto de Bachillerato de Caravaca, donde, al principio, no fue un buen estudiante, pero fue cambiando su aptitud y en sexto y séptimo curso obtuvo matrículas de honor en todas las asignaturas. Tras obtener premio extraordinario en el Examen de Estado, pretendió hacerse marino mercante, a lo que se opuso su padre. Después quiso cursar estudios de Bellas Artes, aprovechando la facilidad que tenía para el dibujo y la pintura, pero de nuevo su padre logró convencerle para que las habilidades que tenía las encauzara en cursar estudios de Arquitectura.
De esta manera, Emilio Pérez Piñero marchó a Madrid, y tras aprobar los cursos exigidos en la Facultad de Ciencias y realizar de forma satisfactoria las pruebas de dibujo y cálculo integral de la Escuela de Arquitectura – obteniendo matrícula de honor en las asignaturas de Análisis Matemático – en el año 1957 ingresó en la Escuela Superior Técnica de Arquitectura de Madrid. En el año 1961 la Unión Internacional de Arquitectos ( U.I.A.) convocó su VI Congreso, que se celebraría en Londres durante el mes de julio. El Comité Organizador determinó que, dentro del programa de actos, se presentasen trabajos de alumnos de las Escuelas de Arquitectura de los distintos países concurrentes con tal de que éstos tuvieran relación con el motivo central del Congreso: “Las Nuevas Técnicas y Nuevos Materiales en la Construcción “ y un tema a desarrollar: “ Teatro Ambulante “.
Emilio se sintió inmediatamente atraído por la convocatoria y pensó en la problemática general de cualquier teatro al que había que sumar la particularidad de que fuese una construcción transportable. Llegó así a diseñar una estructura reticular que podía plegarse y desplegarse, “pasando de una forma rígida, capaz de resistir empujes y cargas, a otra deformable que, mediante pequeñas presiones, puede plegarse o desplegarse “ ( en palabras del joven arquitecto ). Pérez Piñero viajó a Londres para presentar su trabajo en el Congreso de la U.I.A. donde participaron veinticuatro países, con un total de 88 proyectos. Al finalizar el Congreso los miembros del jurado, entre los que se encontraban personalidades del mundo de la arquitectura tan importantes como Félix Candela o Fuller, incluyeron la estructura plegable de Emilio como una aportación técnica de primer orden y notable por su sencillez, utilización y posibilidad de realización inmediata. En definitiva, su proyecto fue el mejor. Las noticias de su triunfo en Londres llegaron inmediatamente a su pueblo, a Calasparra, y en sesión extraordinaria del Ayuntamiento Pleno de ésta Villa, celebrada el día 1 del mes de agosto de 1961, se acordó por unanimidad la concesión de una distinción honorífica.
En el mes de octubre del año 1961 se celebró en Sao Paulo la III Bienal de Arte, Arquitectura y Teatro. Pérez Piñero participó en ella rehaciendo algunas de sus estructuras, junto con diversa documentación gráfica. Al igual que en Londres, los trabajos de Emilio causaron sensación y le fue concedida la medalla de oro en aquélla Bienal.
El joven arquitecto murciano comenzó a ser conocido internacionalmente. Publicó artículos es distintas revistas especializadas, hizo exposiciones y pronunció conferencias. En la ciudad alemana de Munich se expuso su obra y además participó como conferenciante. Le fue concedida la medalla de oro en la Exposición Internacional de Inventores de Bruselas en marzo del año 1962. En el mes de julio de ése mismo año Pérez Piñero acabó los estudios de Arquitectura y su proyecto de fin de carrera obtuvo un sobresaliente además del premio “ Aníbal Alvarez “ como alumno más destacado. Terminó el año 1962 con la presentación de su obra en Tokio y con su participación en la Exposición Internacional de Arquitectura “ Lieu Theatre y Lieu Culturel “ que organizó la Maison du Theatre du Paris.
En el año 1963 fue profesor de Estructura II en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid y corresponsal en España de la Revista “ D Student Architet “.
La villa de Calasparra supo reconocer a tiempo los méritos del joven arquitecto y en sesión ordinaria del Ayuntamiento Pleno de ésta Villa celebrada el día 8 de abril de 1963 le fue concedida por unanimidad la Medalla de Oro de Calasparra “ en base a los méritos contraídos por su invento de estructura plegable y desmontable de teatro al aire libre “.
La primera obra real que construyó Emilio Pérez Piñero surgió en el mes de enero del año 1964 con la convocatoria de un concurso para “ Pabellón Transportable de la Exposición conmemorativa de los XXV años de paz “: éste Pabellón fue instalado en la explanada que existía frente a los edificios de los Nuevos Ministerios en Madrid y consistía en una estructura reticular desplegable plana con nudo de cuatro barras que causó sensación entre todos los visitantes. En el año 1966 recibió el encargo del Ministerio de Información y Turismo de realizar un teatro transportable destinado a Festivales de España. Se trataba de construir un recinto capaz de albergar a 1800 espectadores y que tuviese todos los elementos necesarios para poder efectuar representaciones y, al mismo tiempo, que fuese desmontable y transportable fácilmente. En ése mismo año pensó construir una cúpula desmontable destinada a realizar proyecciones por el sistema de cinerama que en esos momentos estaba de moda. Para ello se basó en modelos y estudios anteriores a los que unió el diseño del sistema de montaje y desmontaje, así como el de las herramientas y maquinarias necesarias para el mismo. En el año 1968 Pérez Piñero viajó a Méjico con objeto de recibir el apoyo del arquitecto Félix Candela, al que no había visto desde el congreso de la U.I.A. del año 1961 en Londres, para que le ayudase a introducir sus sistemas en el mercado de EE.UU. En el mes de febrero del año 1969 se presentó la primera oportunidad de introducir en el mercado americano sus proyectos: se recibió una carta de la División de “ Structural Engineering “ del Departamento de la Armada, interesados en la posibilidad de emplear una de las estructuras diseñadas por Pérez Piñero para la instalación de una base de operaciones geodésicas en la Antártida. Pero la intervención de los Servicios de Inteligencia americanos, que retuvieron la carta, frustró el proyecto diseñado por el arquitecto español puesto que fueron otros los que recibieron el encargo de la Marina americana. Sin embargo, en el verano del año 1969 Félix Candela viajó a Houston y allí conoció a diversas personas que le pusieron en contacto con responsables de la NASA. Un biólogo le informó del interés por construir en la luna un invernadero, ya que habían comprobado que el polvo lunar permitía el desarrollo de algunas especies vegetales. Candela escribió a Emilio y le envió un mapa de la luna que le habían entregado en la NASA: pero este nuevo proyecto también fracasó porque no dio resultado la presentación del proyecto a la Administración americana.
En el año 1969 diseñó la cúpula que serviría para cubrir el Museo de Salvador Dalí en Figueras. Dalí quedó sorprendido y enseguida anunció que su Museo se cubriría con una cúpula, concretamente con la número 12 de los planos realizados por Emilio Pérez Piñero.
Además de la cúpula, el joven arquitecto diseñó una maqueta para sustentar una vidriera que pintaría el propio Dalí y que cerraría la entrada que separaba el patio de butacas del espacio escénico del antiguo Teatro Municipal de Figueras. En el mes de enero de 1972, Emilio presentó el proyecto concreto para construir la cúpula del Museo Dalí. En ése mismo año fueron reconocidas internacionalmente las geniales invenciones del arquitecto calasparreño puesto que se le concedió el premio internacional de Arquitectura “ Augusto Parret “ , máximo galardón que puede alcanzar la obra de un arquitecto.
El año 1972 abría un camino lleno de proyectos y futuro para Emilio Pérez Piñero, pero la fatalidad se cruzó en su camino: el 8 de julio de 1972, cuando volvía a Calasparra desde Figueras para continuar los trabajos de construcción de la cúpula, sufrió un accidente de coche en las proximidades de Torreblanca que acabó con su vida y con un joven talento para el mundo de la Arquitectura.
La cúpula del Museo de Salvador Dalí en Figueras fue acabada por su hermano José María Pérez Píñero, ingeniero y eficaz calculista que había trabajado con Emilio en sus proyectos.
El día 7 de marzo del año 1992, casi veinte años después de su muerte, por iniciativa de la familia del arquitecto y con el apoyo del Ilustrísimo Ayuntamiento de Calasparra, su hijo Emilio Pérez Belda y su entrañable amigo Félix Candela, en un magnífico y emotivo acto, presentaron la Fundación Emilio Pérez Piñero la cual, con sede en Calasparra, tiene como finalidad fomentar, promocionar y desarrollar toda clase de actividades culturales, artísticas y profesionales relacionadas con el arquitecto Emilio Pérez Piñero, así como impulsar la investigación de las estructuras modulares y transformables, a partir del estudio y análisis de su obra.
Fuentes consultadas: