Para estudiar la historia de la Torre del Reloj tenemos, en primer lugar, que estudiar la historia del reloj de la villa de Calasparra. Y esto es así porque el reloj de la villa no estuvo situado al principio en la actual Torre del Reloj.
Desde la Edad Media, las campanas de las iglesias marcaban el ritmo de la vida cotidiana de los pueblos: señalaban las horas de los rezos, o indicaban la hora del inicio y del fin de la jornada laboral, o en momentos de un eventual peligro o catástrofe, alertaban a la población. Muchas de éstas funciones empezaron a cumplirlas los relojes que se instalaron en las Plazas de los pueblos, aunque las campanas de las iglesias todavía perduran con una función, sobre todo, de carácter religioso.
Podemos saber donde estaba situado el reloj de la villa porque en el Acta Capitular que se conserva en el Archivo Municipal de Calasparra del día 7 de julio del año 1620 está el acuerdo para mudar la escalera de la sala del Ayuntamiento ( que en aquélla época se encontraba situado en el actual edificio del Hotel Constitución ) en el que se dice que la antigua escalera que pasaba por el cuarto donde estaba la Lonja y que servía para subir a la Sala Capitular donde se reunían los Señores del Ayuntamiento, se había cambiado y ahora la escalera pasaba por un cuarto oscuro que era por donde se subía al reloj. Por este motivo acordaron volver a poner la escalera en el lugar donde estaba, haciendo el reparo de las paredes del dicho cuarto oscuro al que, poco tiempo después, se le dotó de luz con las obras necesarias.
Por éste acuerdo sabemos que el reloj de la villa se encontraba en el antiguo edificio del Ayuntamiento y no en la Torre del Reloj actual. Se tenía por costumbre nombrar al cerrajero de la villa como la persona encargada de que el reloj funcionase correctamente. Sin embargo, en el Acta Capitular del día 5 de febrero del año 1767 se acordó que viniera a ésta villa el maestro relojero de la ciudad de Villena, por ser una persona de ciencia y experiencia conocida, para que arreglase el reloj público del gobierno de ésta villa porque se encontraba descompuesto y por eso se hacía preciso ser compuesto por maestro inteligente.
En la sesión del Ayuntamiento del día 24 de octubre del año 1800 tenemos más información sobre la Torre del Reloj y la necesidad de un nuevo reloj para la villa. En ésta sesión se habla de que el reloj del común de vecinos estaba totalmente inútil por su mucha antigüedad, por lo que debía proporcionarse esta villa un nuevo reloj y lo mismo pasaba con la obra material de su Torre, debiendo, por todos los medios, proporcionar que no faltase reloj porque era una de las cosas más útiles. Se encargó la reedificación de la obra material de la Torre al Señor D. Diego Melgarejo Buendía, para lo cual se acordó entregarle cuatro mil cien reales de los arbitrios tomados del Real Pósito de la Villa. Finalmente la Torre del Reloj se reedificó, en la misma ubicación en la que se encuentra en la actualidad, aunque el último cuerpo de la Torre tenía forma de octógono, muy parecido al de la torre de la Ermita de los Santos Abdón y Senén.
Llegamos, finalmente, a la última obra de reedificación de la Torre del Reloj, la que conocemos en la actualidad, realizada en el año 1905 siendo Alcalde Presidente D. Gabino Ruiz Soler, según consta en la inscripción que podemos leer en el exterior de la Torre.
De esta manera, la Torre del Reloj, que se había reedificado a principios del siglo XIX, fue demolida en su totalidad en el mes de septiembre del año 1902 atendiendo al informe sobre el estado de dicha Torre que había emitido D. Pedro Cerdán Martínez, Arquitecto Provincial y de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, famoso por haber trabajado en obras como la del Casino de Murcia, en el que decía lo siguiente:
“ Que dicha Torre, que se compone de tres cuerpos, los dos primeros sobre planta cuadrada y el último de sección octogonal, presenta señales evidentes de ruina, que por la naturaleza de la fábricas de sus muros es imposible prevenir y evitar los efectos ruinosos cada día más progresivos y que concluirían, seguramente, por el derrumbamiento de la Torre. “
Por este motivo de peligro de derrumbamiento, el Ayuntamiento de Calasparra realizó las obras de nueva construcción de la Torre del Reloj de Calasparra en el año 1905, con proyecto del mencionado Arquitecto Provincial y con la mano de obra del maestro albañil D. Francisco Álvarez Muñoz.
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