El inicio del expediente para la construcción del Nuevo Cementerio Municipal se produjo el día 15 de diciembre del año 1928. En una providencia de ésa fecha, en el Ayuntamiento se tuvo constancia de que la superficie ocupada por el Viejo Cementerio, situado en el Paraje Hoya de los Guillenes, cerca del actual Colegio de Las Pedreras, era insuficiente para continuar con los enterramientos y, además, la proximidad del Viejo Cementerio a la población hacia necesaria la construcción de otro Nuevo Cementerio.
El Ayuntamiento de Calasparra, inmediatamente, comenzó con los trámites para iniciar la construcción del Nuevo Cementerio Municipal, haciendo constar en una diligencia de fecha 5 de marzo de 1929 el acuerdo al que había llegado la Junta Municipal de Sanidad en el que se daba el visto bueno al lugar que se había elegido para la construcción del Nuevo Cementerio, el sitio inmediato al Cabezo de las Yeseras en el comienzo de La Traviesa, por encontrarse a más de dos kilómetros de la población y porque su orientación era contraria de los vientos más reinantes en la localidad, además de las buenas condiciones geológicas del terreno. Finalmente, la Junta Municipal de Sanidad en su acuerdo decía que debía procederse inmediatamente a la construcción del Nuevo Cementerio para evitar el peligro que amenazaba a la salud pública del vecindario dada la situación del Viejo Cementerio por si “ hubiera la desgracia de alguna invasión epidémica que atacara a la población “.
Las obras de construcción del Cementerio Municipal Ntra. Sra. de la Esperanza comenzaron en el mes de abril del año 1929. Su construcción fue a base de mampostería de yeso y piedra, tenía ciento cincuenta metros de lado, muros de 0,50 x 50 x 3 metros de altura, con paredes o cierres entre muro y muro de 0,40 metros por 3 metros de altura. El remate de los muros se cubrió con ladrillos enlazados entre sí y sus juntas superiores con otro ladrillo en forma de teja para evitar la entrada de aguas en la pared.
Se construyó también una casa de un solo piso y cuatro habitaciones para el guarda, al lado derecho de la entrada, en el interior, de diez metros de larga por ocho metros y medio de ancha, y las luces fueron de cuatro metros de altas y otros cuatro de anchas. La cubierta fue de teja árabe y las maderas rollizos de pino carrasco. Se dejó un patio de cinco metros.
También se construyó una sala de autopsias de cinco metros de ancha por siete de larga con altura de cinco metros y otra sala para depósito de cadáveres con las mismas dimensiones que la anterior. En su construcción se empleó mampostería de yeso, cubierta de teja árabe con rollizos de pino carrasco. Tenía cada sala su puerta de entrada al este y oeste respectivamente, y dos ventanales de dos metros por un metro y treinta centímetros con marcos para cristales y sus puertas y ventanas de pino rojo.
En el fondo izquierdo, parte de poniente, se colocó el osario para la cremación de restos. Se construyeron también en los muros laterales de lo edificado, nichos o panteones para adultos y en el muro norte se construyeron nichos para párvulos. En los cuatro centros se hicieron las fosas para enterramiento, destinándose una cuarta parte para la venta de parcelas a particulares. Se formaron a tres metros y medio de distancia de las paredes unos paseos de un metro a todo alrededor y otro paseo de dos metros que partiendo de la puerta de entrada llegaba a la ermita y daba la vuelta por ambos lados.
La inauguración del Cementerio Municipal Ntra. Sra. de la Esperanza se hizo el día 29 de diciembre del año 1929, con asistencia de las autoridades y la bendición del cura párroco de la villa.
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