Conocer el bosque de galería que convierte el río Segura en una tubería verde es ya suficiente atractivo para participar en este campo de trabajo. Pero esta actividad cuenta con otros dos alicientes no menos importantes: practicar el inglés -el campo de trabajo es bilingüe- y… ¿comerse una paella hecha con arroz de Calasparra!
Quienes se hayan apuntado a pasar quince días en Cañaverosa tendrán que trabajar en la conservación de un ecosistema único: el bosque de ribera que convierte las márgenes del río Segura en una auténtica jungla donde viven especies animales tan valiosas como la nutria.
Este enclave comienza en el entorno del Santuario de la Esperanza, en Calasparra, y se prolonga durante unos cinco kilómetros río arriba. Además de trabajar duro restaurando las riberas degradadas, los campistas tendrán la oportunidad de conocer otros espacios protegidos, esta vez en el litoral de la Región. Trabajo sí, pero diversión también.
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