Grandes y pequeños compartieron un día inolvidable en la Ganadería de D. Nazario Ibáñez Azorín a iniciativa del Club Taurino de Calasparra. Si quieres ver la galería fotográfica del día, haz click aquí: Fotos en la ganadería.
El pasado sábado, los 25 niños cuyos trabajos fueron seleccionados del I Concurso de dibujo y pintura infantil taurina convocado por el Club Taurino de Calasparra, recibieron su premio, conocer “in situ” una ganadería de toros bravos. Y la experiencia no pudo ser más positiva.
El premio había levantado tanta expectación, que en su día animó a un elevado número de jóvenes artistas, más de seiscientos trabajos presentados, en los que los pequeños, alumnos de infantil y primaria de entre 3 y 12 años, plasmaron su particular forma de ver los toros y su fiesta.
El jurado no lo tuvo nada fácil, porque la imaginación a estas edades es desbordante. Finalmente 25 fueron los trabajos seleccionados y el sábado a las 10´30 de la mañana partía la expedición desde Calasparra a la finca “La Moratilla” de D. Nazario Ibáñez, posiblemente de las más cuidadas de España donde se miman al máximo todos los detalles. Una finca que cuenta con 1.000 cabezas de ganado y con unas instalaciones completísimas y modernas, que los chavales pudieron conocer palmo a palmo gracias a la buena disposición de sus propietarios.
La jornada campera comenzaba nada más llegar a la finca con un pequeño almuerzo para coger energías para poder hacer frente a la larga jornada. Tras el tentempié, los chavales, acompañados por padres, profesores y miembros del Club, ya daban muestra de su inagotable curiosidad preguntando por todo, comenzaba la visita. Tras recorrer los aproximadamente cien metros que separan la entrada, del corral de los caballos, con jardines a uno y otro lado, los chavales perdieron rápidamente el miedo y se lanzaron a acariciar a los nobles equinos. Más tarde la visita a la nave principal, a la que no le falta detalle alguno, capilla incluida, sirvió para que los chavales conocieran una de las principales tareas en la crianza de toros bravos. Allí en el interior de la coqueta plaza de toros cubierta, el torero e hijo del ganadero, Jorge Ibáñez, tentó a una vaca en el caballo, que probó posteriormente en la muleta.
Los chavales recibieron la explicación oportuna tanto del Presidente del Club Taurino Paco García, como del ganadero y torero Jorge Ibánez y supieron en todo momento respetar en riguroso silencio esta delicada tarea.
Más tarde llegaba lo más emocionante, acercarse a los toros. Los niños y niñas, repartidos en dos tractores saltaban de la emoción al estar tan cerca de los impresionantes ejemplares, desde los añojos hasta los utreros que se lidiarán este año. Aunque la verdadera maravilla les esperaba a todos junto a la casa de la familia Ibáñez, un añojo, o toro de menos de un año, al que las vacas habían rechazado y que sus propietarios están sacando adelante con biberón. Poderlo acariciar, correr junto al él, fue un verdadero privilegio para los niños a los que al final dio bastante pena tenerle que despedir.
Tras la comida campera y un rato más para el disfrute de los chavales por las instalaciones, llegó la hora de volver. En sus mentes las sensaciones de un día emocionante, una experiencia que recordarán siempre y tan positiva que ya se piensa en la continuidad de esta actividad organizada por el Club Taurino y que cuenta con el patrocinio de la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Calasparra.
Al margen del inolvidable día en el campo probablemente la fiesta cuente con veinticinco nuevos aficionados de menos de doce años.