Como en Navidad la agenda de Su Santidad el Papa Benedicto XVI está a rebosar, será el cardenal secretario de Estado del Vaticano, monseñor Tarsizio Bertone, segundo del Pontífice, quien en su nombre recogerá en los próximos días una réplica de las imágenes de la Patrona de Calasparra Virgen de la Esperanza junto con el óbolo (cantidad económica proporcional a los donativos del año jubilar que hay que entregar a Roma). Finalizado el jubileo, la Fundación Santuario de la Esperanza ha de rendir visita al Santo Padre.
La expedición, que discurrirá entre el día 27 y el próximo 2 de enero, está compuesta por 50 personas (20 de Calasparra, 20 de Caravaca de la Cruz y 10 de Castellón de la Plana). No es una delegación muy numerosa, pero las fechas no permiten el desplazamiento a muchas personas. En uno de los libros del jubileo, el viaje figura previsto para abril, pero finalmente la expedición se ha precipitado.
La copia de las imágenes que se regalarán al Papa y que en consecuencia quedarán para siempre en el Vaticano son obra de un vecino de Calasparra, Santos Fernández. Como es sabido, el jubileo de Calasparra, como el de otros mucho lugares, es excepcional y no perpetuo. Sólo cinco ciudades en el mundo (Santiago de Compostela, Santo Toribio de Liébana, Caravaca de la Cruz, Roma y Jerusalén) disponen del privilegio de jubileos perpetuos, es decir, cada siete años. Por tanto, Calasparra ya no gozará de otro jubileo, al menos en muchísimos años y por causas excepcionales.
Con el viaje a Roma, la Fundación da por concluido un jubileo excepcional que ha traído hasta el Santuario gentes de todos los confines y les ha dado a conocer aún más si cabe.
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