El portero visitante Rubén realizó cuatro paradones en los minutos 7, 17 y 32 del segundo tiempo al margen de otra en la primera mitad. Por contra Navarro, casi a punto de concluir el partido, salvó un mano a mano en contraataque del Muleño evitando un 0-1 que habría sido injusto.
En los primeros albores del choque un cabezazo de la vanguardia local se fue al travesaño. Por número de ocasiones debió ganar el Calasparra. Dejando claro que el choque fue malo, al Calasparra le cuesta todo un mundo ver puerta, es decir, carece de mordiente. Los pocos delanteros que tiene, entre ellos Palote, están lesionados y eso en plantilla tan corta es un hándicap casi insalvable. Si exceptuamos jugadas muy aisladas y algún jugador como Carlos Belmonte que toca la pelota primorosamente, los dos cuadros ofrecieron un juego tedioso que aburrió al cuarto de millar de espectadores que se dieron cita en La Caverina. Por cierto y a propósito de esto es extraño el comportamiento de la afición calasparreña cuyo número ha decaído sensiblemente.
Calasparra: Navarro; Jesús (Mailán), Víctor, Merino, Atienza, Antonio, De la Vega, Mario, Carlos Belmonte, Josico (Mingo) y Caqué.
Muleño: Rubén; Fernando, Isi, Rafa, Adrián, Fran, Alacid, Curro (Ramón), Juanfra (Juanchi), Carlos (Juanfer) y Halcón.
Árbitro: Botía Moya. Mal. Tarjetas amarillas a los locales De la Vega y Belmonte, y a los visitantes Rubén, Fernando, Fran, Juanfra, Juanfer, Ramón (roja, expulsado en el 84) y al entrenador del Muleño.
Incidencias: Campo La Caverina. Unos 250 espectadores.
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